La Sombra de la Sombra: enero 2016

Han pasado cincuenta años de mi primer encuentro con Raul.
Eran tiempos de Jardin de Infantes donde las voces de los niños mas allá de su sexo confluían en una ensordecedora catarata de chillidos monocordes.
Al fondo del aula, justo debajo de la cartulina obscena de un cuerpo humano que despellejado mostraba sus musculos; Raul permanecía inmovil y desinteresado a cualquier jolgorio infantil.

Creí ver en el al compañero deseado ya que por esos tiempos mi vida no era la de Shirley Temple.Mi papá desbordado por el alcohol vagaba por los bares y mi mamá hacía unas tortas
increíbles con sus amigas...contaba.

Y así fueron pasando los meses y esta camaradería extraña era testigo de dialogos que en ese momento me parecieron absurdos.Recuerdo una jornada en particular.Le conté que me sofocaba la presencia de mi hermanito y si acabando con los repollos conocidos podríamos evitar los nacimientos.Me contestó que el había viajado a Montevideo para practicarle un aborto a la Señorita Alejandra ya que en Buenos Aires era muy riesgoso y caro.

Pasé a primero;segundo,luego, a tercero.Raul seguía en Jardin de Infantes con la Señorita Alejandra.Eso no era un obstáculo a nuestra amistad mas allá de los centimetros que le aventajé.Lo esperaba a la salida e ibamos caminando a casa, la suya quedaba a dos cuadras mas que la mía.Supe disimular la inquietud que me provocaba ver en su cinto unas llaves y le descerrajé la peor noticia para esa actualidad:"Los Reyes Magos son los padres", me miró; jugueteó sus dedos en las llaves,sonrió,y dijo "Los padres recurren a esas herramientas para hacer de sus hijos entes incondicionales carentes de toda respuesta y para solidificar su estructura de poder".

Terminé la Primaria al tiempo que Raul había llegado a su tercer grado.Su maestra era Esther, la hermana menor de Alejandra.Inicié la Secundaria.conservé su amistad, callé por no molestarlo mientras el estaba terminando su primera enseñanza.Ahora macerados por un intelecto puber sus aseveraciones me fueron reveladas.

Entonces,en homenaje a esa amistad creí que había llegado el tiempo de aclarar las cosas lo cité en la esquina de la vieja escuela donde el cursaba ya su sexto grado y le espeté todas y cada una de sus aseveraciones;cada una de sus sentencias y el desfasaje entre su edad,su notable apariencia de niño y sus dichos, y el me contestó.

"Los Reyes Magos son los padres".