Otra mirada sobre la muerte

La Humanidad vive equivocada.
Hace de la Muerte un evento trágico; cargándola de liturgias diseñadas en el pensamiento de lo inesperado; en la tristeza de las despedidas, en lo hiriente de lo abrupto; siendo la Muerte la única certeza;el único destino conocido.
Un hecho mucho mas dramático es el nacimiento de cualquier ser y esa Humanidad hipócrita le llena de augurios de bonanza;le abraza tiernamente, le sonríe y le oculta el inexorable cauce que conduce a su extinción.
Es como si en una carrera de autos bajaran la bandera a cuadros en el preciso momento de la largada.
Nacer no debería ser motivo de exageradas alegrías así como morir no debería ser motivo de exageradas penas.
En este punto, podría decirse que en carrera cualquier auto vuelca y se incendia.Son las condiciones inherentes a cualquier evento; lo que nos lleva a otra muestra de indolencia del genero, y se trata de la imposibilidad de los a ser creados de aceptar o no su alumbramiento.Y eso constituye el verdadero Talón de Aquiles de la Creación.Pero la gente se horroriza de tiranías concretamente inocuas al lado de la de aventar al mundo a seres que en el futuro podrían lamentarlo.
A la hora del nacimiento desde el paramecio mas modesto al niñito mas bonito les urge el alimento y ese primer alimento les liga a sus progenitores;nada de cariño;es esa genética de la supervivencia lo que nos liga en las primeras instancias de la vida; luego se hacen solidas, mas tarde flexibles y cuando nos damos cuenta nos vamos de casa.
Y en este aquelarre de expulsiones de todos los nidos,de todas las especies es que cabe preguntarse si nacer hubiera sido tan lindo sería menester quedarse en la casa de mama.
Entonces la Muerte no es la solución a ninguna cosa, sólo es la verdadera liberación,aún cuando no nos lleve a ningún otro lado mas bonito y dudo que sea fértil.
Pero sería aconsejable desdramatizar la muerte y moderar nuestros preconceptos.
No porque empiece será bueno ni porque termine ha sido malo.