sábado, 7 de julio de 2018

Tres cartas que ni siquiera

La primera carta estaba imbuida de ese propelente mágico que la hiciese dispararse a otros planos desconocidos y no menos deseados.Era la carta del ser Mejor que Yo. Era la carta del ascender. Era la carta pesada de Bolsones de Plumas de Pavo Real que se apretaban por salir para encandilarte, de pesadas prosas destiladas; de consonantes rimas querendonas.De dolores inspiradores de los que no tienes culpa alguna.
Y esta primera historia ha quedado en pez por no haber sido pescado y quedará yaciendo en otro lado.
La segunda carta era Gloriosamente Leve. Era la del entender que al Fin habíamos entrado y en el camino las pesadas cargas de la Primera  ni nos pesan, ni reclaman. Se nos habían olvidado.Ni mis Plumas ni las tuyas se enteraron.
Y esta segunda historia ha quedado en pez por no haber sido pescado y quedará yaciendo en otro lado
La tercera carta es la mas densa.La carta que se juega en los finales; la carta mas valiosa. Esa que tiene en su lomo el palo y la espada que soporta las Plumas de la Primera; la Ilusión de la Segunda y la realidad de esta Tercera.
Y esta tercera historia ha quedado en pez por no haber sido pescado y quedará yaciendo en otro lado.
Porque ninguna de las tres han sido cartas; ninguna de las tres se han enviado y han quedado en pez; porque nadie las ha pescado.

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